Propietarios de equipos de las Grandes Ligas le hacen contrapropuesta ridícula y burlesca al sindicato de jugadores; ofrecen pagos prorrateados, pero en una liga de ¿40 a 50 juegos? Muere la esperanza de poder ver béisbol en 2020

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE. UU.— Dice un famoso refrán que, ‘el descaro, es parte de la diversión’.

Algo que, en efecto, le queda como anillo al dedo a la actual situación y lo más recientemente suscitado al entorno del ‘pasatiempo Nacional’.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque es cierto, el descaro no puede caminar alejado de la mano de la diversión. Por lo menos, no cuando se pretende engañar y entretener a la misma vez.

Y digno de su magnitud, el último circo montado por los dueños de las Grandes Ligas es eso y más: una enorme carpa, merecedora de carcajadas, burlas y mucho drama y morbo a su entorno.

Y es que la falta de respeto es tan enorme que, los dueños de los equipos de la MLB han llegado a sugerir una temporada de 40 a 50 juegos. Algo nefasto, y que se presta para que los jugadores no estén de acuerdo y el sindicato retorne su propuesta con un rotundo ‘no gracias’ a los propietarios.

Y aunque lo decoran con un salario prorrateado garantizado para todos, de acuerdo con sus realidades salariales, es una burla. Una mofa. Una clara falta de respeto y muestra que el descaro en efecto es parte de la diversión y también del esparcimiento.

Pero hay más, ya que la propuesta por los dueños de los equipos de las Grandes Ligas a los jugadores ha hecho que el enfrentamiento entre ambas partes se haya acentuado en el peor momento de su historia.

Uno que por lo visto, apunta directamente a un ‘lock out’.

SE INTENSIFICA

Y es que, al igual que el fútbol americano (NFL), el baloncesto (NBA), el hockey sobre hielo (NHL), el fútbol (MLS) y otros deportes, el béisbol no generará tantos ingresos en 2020.

Eso desde ya es un hecho.

Todos los jugadores y dueños ganarán mucho menos de lo que esperaban hace cuatro meses y con estadios vacíos. En resumen, todos saldrán perdiendo se juegue o no el asunto por lo que un lockout, tras la burla de contrapropuesta no llegaría como sorpresa sino como una especia de ‘cumplido’.

Empero, hay que remarcar que, el sindicato también tiene la culpa porque los jugadores han rechazado varios de los protocolos de seguridad propuestos, incluido el uso de bañeras terapéuticas frías y calientes antes o después de los partidos.

La logística de comenzar la temporada ahora es un desafío importante. Uno que reitero, indica que todo terminará en un ‘lock out’, pues por lo visto, los propietarios no están dispuestos a dar su brazo a torcer ante lo quieren y exigen los jugadores y su sindicato.

Otro factor en contra es que, el formato sería distinto, con divisiones reestructuradas y mal repartidas. Por lo menos desde mi punto de vista muy particular.

OBSTÁCULOS

Calendarios llenos de túmulos e inconvenientes, y el fastidio constante de tener que acoplarse a lo que algunos llaman como la ‘nueva normalidad’.

Lo más molesto de todo este asunto sin embargo, sigue siendo el hecho que los propietarios no han sido del todo honestos o transparentes con los jugadores y sindicato, al proponerles un ‘mamarracho de trato’ a sabiendas de que al final todos terminarán peleando y perdiendo.

Justo o no, esa es la nube que se cierne sobre las conversaciones del béisbol.

Un béisbol en el cual, los legados de Tony Clark y Rob Manfred se mantienen en la balanza —y en juego—a medida que los acontecimientos se desarrollan en los próximos días.

El béisbol tuvo una oportunidad de oro para ayudar en nuestra curación colectiva y, al hacerlo, recordarnos a todos el tipo de impacto cultural que nuestra liga más antigua puede tener.

Por desgracia, a menos que Clark, Manfred y sus respectivos lados saquen un conejo proverbial del sombrero, esa oportunidad ya podría estar perdida. Por lo que no tendríamos béisbol. No en 2020.

Los dejo. Hasta la próxima.

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