La decisión de jugar la temporada y de hacer caso omiso a doctores y los que optaron por no participar tanto en la NBA como en la WNBA solo deja expuestos a los que piensan que cambiarán el mundo con un mensaje en la duela y sobre el ‘dorsal’ de una camisola

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— Dice un famoso refrán que no hay que hacer cosas malas que parezcan buenas, ni tampoco, buenas que parezcan malas.

Algo que cae como cereza al pastel que ESPN, Disney y la NBA, le han preparado y forzado en la tráquea al Mundo entero.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque se los han empujado —a como dé lugar— por el gaznate, forzado con tal fuerza que, nadie pudo opinar, ni influenciar, o mucho menos frenar algo que nunca se debió haber aprobado, y donde se perderá cualquier equilibrio adquirido con tanta protesta y la muerte de un tal George Floyd.

Sí, así de grande será el impacto de la pérdida de equilibrio que tenían sobre el gobierno, mandatarios locales y la atención de los internacionales.

Un equilibrio que se desvanecerá en cuanto pisen la duela tanto en la NBA como en la WNBA y ojo, algo que un insignificante mensaje, por lo menos para este servidor, como “Black Lives Matter” en un dorsal, no cambia, ni cambiará nada pues no tuvieron los huevos para parársele a ESPN, a Disney—dueños de los derechos televisivos y más —y a la NBA, con quien tendrán que negociar muy pronto un nuevo Collective Bargain Agreement.

Para los que no conocen lo que es un Collective Bargain Agreement, el famoso CBA es un convenio colectivo o contrato legal escrito entre un empleador y un sindicato que representa a los empleados.

Un resultado de un extenso proceso de negociación entre las partes sobre temas como salarios, horas y términos y condiciones de empleo.

TIEMBLAN AL PENSAR…

Algo a lo que, todos le temen, pues de no haberse dejado torcer el brazo por la liga, mucho jugadores más hubiesen ‘saltado de un barco’ que está predestinado al fracaso, y la maldición de la enfermedad.

Y es que hubo un éxodo masivo de estrellas dentro de la todopoderosa é né béa: Stephen Curry, Karl-Anthony Towns, Kevin Durant, Willie Cauley, Davis Bertans, Wilson Chandler, DeAndre Jordan, Nicolas Claxton, Trevor Ariza, DeMarcus Cousins, Trae Young, Zach LaVine, Kevin Love, Derrick Rose, Kyrie Irving, Avery Bradley y RJ Barrett, son los principales ausentes de cara al resto de la campaña de la NBA.

Elementos que optaron por no ser parte —por distintas razones, políticas, razones y creencias—de una burbuja que no tardará en contaminarse, y que quedará en los libros de la historia como uno de los actos más irresponsables de un grupo élite de millonarios, encabezados por LeBron James, que hicieron caso omiso a una pandemia de escala Mundial y que tuvieron el sartén del mango en medio de una guerra civil propulsada por el racismo, y que luego lo tiraron en un tambo de basura al dejarse torcer el brazo por ejecutivos y periodistas liderados por Stephen A. Smith, Rachel Nichols y Ramona Shelbourne junto a Adrian Wojnarowski que viven, comen, y sostienen a los suyos gracias al baloncesto.


ELLAS TAMBIÉN

Por si eso fuera poco, está el éxodo de la WNBA, encabezado por jugadoras sabias y cautelosas, que saben cómo este servidor, que un mensaje en el dorsal no cambiará nada luego de prostituir el equilibrio perdido al aceptar jugar para entretener y permitir que ‘el mundo las goce, mediante una cerveza en la comodidad de su hogar’.

Así jugadoras como Rebecca Allen, Liberty, Natasha Cloud, Mystics, Tiffany Hayes, Dream, Jonquel Jones, Sun, Renee Montgomery, Dream, Chiney Ogwumike, Sparks, LaToya Sanders, Mystics, Kristi Tolliver, Sparks y Cecilia Zandalasini del Lynx decidieron por no darles el gusto a ESPN, su banda de periodistas metiendo presión y a los directivos de su sindicato y respectivos equipos.

En cierre — porque no hay nada más que decir— es extremadamente lamentable, que este torneo o aventura en Disney pesara más que una pandemia y el equilibrio en un tema racial que tenían por el mango los ‘de color’ y que, vendieron de forma barata por un mensaje en su dorsal y que pagarán caro cuando se asiente el polvo una vez más y el ‘blanco vuelva a mandar’.

Nunca olvide que, el fin de un chantajista es el de conseguir manipular a la otra persona, convertirla en alguien que obedece a sus deseos. ¿Y saben? La NBA junto a la WNBA, Disney e ESPN y ‘asociados’ ya lograron ‘ese cometido’.

¿La clave para que no se cancelen estos torneos o los finalicen antes de su verdadero final?

Muy difícil… algo casi imposible, pues para lograrlo, tendrán que estar bastante unidos en medio de lo que será un caos, y una pocilga de un virus, que ya han cobrado demasiadas vidas a escala Mundial.

Los dejo. Hasta la próxima.

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