Más jugadores de MLB podrían optar por no jugar debido a la amenaza que representa el coronavirus; David Price se cae de la nómina de Dodgers y Mike Trout pone en duda su participación con Angels ante el retorno de las Grandes Ligas

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— De todos es sabido que, del plato a la boca, se cae la sopa.

Razón por la cual le recomiendo a todo buen fanático del Béisbol de Grandes Ligas, que no coma ansias, que no se haga ilusiones y sobre todo, que definitivamente no espere mucho de una temporada corta, mal armada, apresurada y

desordenada, que se prestaría para un pobre espectáculo cuando finalmente canten ‘play ball’.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque si el zafarrancho de hace unas semanas atrás — cuando nadie se ponía de acuerdo— no fuese suficiente, poco a poco y con el correr de los días, lamento decirle que, algunos ya han optado por no jugar.

Esto mientras la participación de otros pende de un hilo que pronto se rompería y los bajaría ‘del tren’ debido a una pandemia del coronavirus que no anda buscando quien se la debe, sino quien se la paga.

Algo que le pasaría factura a una liga que tiene pactado arrancar el 23 y el 24 del mes en curso, luego de semanas por lejos complicadas que incluso llevaron a la MLB, al borde de la cancelación.

EL EFECTO DOMINÓ

El lanzador de los Arizona Diamondbacks, Mike Leake, fue el primer jugador en anunciar que no jugaría esta temporada, con Ryan Zimmerman, Ian Desmond y David Price entre los nombres notables a seguir poco después.

Esto mientras otros como Zack Wheeler de los Phillies, y la superestrella de los Angels, Mike Trout, plantearon la idea de que podrían ausentarse, debido a los riesgos que trae la pandemia del coronavirus a sus respectivas esposas y futuros bebés.

Ambos citaron a sus respectivas esposas embarazadas como motivo para mantenerse en casa, como ya lo hizo el futbolista mexicano Carlos Vela del LAFC, dentro de la Major League Soccer, quien secundó a Mike Trout en subrayar que, es una preocupación sumamente válida ya que las mujeres embarazadas que están infectadas tienen cinco veces más probabilidades de ser hospitalizadas que las mujeres que no están embarazadas.

El problema sin embargo, no es que se ausenten, sino que el béisbol —tras el zafarrancho del verano— no puede darse el lujo de perder a sus máximas estrellas. No antes de un torneo corto, que pinta para iniciar mal y cerrar de peor manera.

De optar por no jugar, Wheeler y Trout se unirían a otros nueve peloteros, que como ellos, habrían optado por ‘perderse’ unos 60 juegos y fracción.

ACUMULAN POSITIVOS

Otro factor para tomar en cuenta es que, de momento, son casi cuarenta peloteros los que han dado positivo, enfrentando como mínimo, seis semanas o más en tiempo de recuperación. Algo que significaría para ellos, no jugar la mitad de la temporada.


La ironía mas grande es que, no estamos viendo a peloteros nuevos, o futuras estrellas de Liga negándose a jugar.

Estamos atestiguando la negación y la falta de voluntad de los más talentosos y multimillonarios. Aquellos mismos que se pasaron las últimas seis semanas rogando para que se retornara a la actividad.

Actitudes que para algunos son bastante egoístas y elitistas, especialmente en este momento, cuando millones de estadounidenses han perdido sus trabajos, y millones más nunca dejaron de trabajar, con un riesgo considerablemente mayor del que incurrirían por ejemplo, ¿David Price o Mike Trout?

DINERO DE SOBRA

Pero hay más, ya que, ninguno de los jugadores —que optaron y piensan en optar por no jugar— devenga menos de $5 millones. De hecho, la mayoría recibe más de $75 millones.

Por lejos, mucho más de lo que los asistentes de la casa club y los receptores de bullpen, conserjes y cocineros ganarán en sus vidas.

Y es que, por muy flexibles que queramos ser con los beisbolistas, su deporte no es tan exigente y de contacto como otros. Razón por la cual, no cabe, ni cabrá nunca en mi cabeza, el por qué algunos de ellos se niegan a participar.

En síntesis, con o sin la pandemia del Covid, más parece ser que el ‘optar por no jugar’ —por lo menos dentro del béisbol— es un lujo que solo los divos y los ricos se podrán dar.

¿No me cree? ¿Acaso podrían otros jugadores con el mismo nivel de preocupación por su bienestar, el mismo nivel de miedo al coronavirus y sus múltiples consecuencias, pero con menos dinero y menos seguridad laboral, llegar a tomar la misma decisión?

Poderoso caballero es don dinero.

Los dejo. Hasta la próxima.

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