Mientras Cam Newton busca retornar como “León” desenjaulado, Cowboys lamenta la baja de Dak Prescott; La 'mejoría' de Rams y una nueva decepción de Chargers sigue haciendo el ridículo. Llega Le’Veon Bell a Chiefs

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— Entre tanto campamento cerrado —el de Patriots de forma repentina hace pocos días por segunda ocasión— un sinfín de contagios de Covid-19, y partidos pospuestos a causa de este mismo virus dentro de la NFL, resaltan los casos de coronavirus de Cam Newton, su tibio retorno ante los Broncos, la fractura de Dak Prescott, la llegada de Le’Veon Bell a Kansas City, la cancelación del Pro Bowl (una vacación pagada para ver un partido de flag football en Hawái).

Y siendo la sede de esta redacción en Hollywood, lógicamente nos toca destacar el buen momento de los Rams, y lo que pinta a ser otro año de fracaso para los Chargers.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque todos son una mezcla perfecta de esperanza y frustración.

Iniciando con el caso de Cam Newton, que pretenderá volver a su mejor nivel, al cual iba encaminado, de no ser por la ‘maldición de la Rona’ (Coronavirus) y el tropezón ante Denver.

Obviamente, siempre tomando en cuenta que aun hayan caído ante los Broncos, los Patriots siempre serán los Patriots.

Levantarán y estarán en postemporada, siempre y cuando sigan bajo el mando de Bill Belichick, un genio de ‘la trampa’, ‘la astucia’, el ‘oportunismo’, el ‘descaro’ y ‘la sistemática’.

Alguien con quien debe tener mucho cuidado Cam Newton, si pretende retornar y triunfar como la ‘fiera que suele y puede ser’, ya que no solamente debe apegarse al sistema de él, sino además al ‘playbook’ porque en los equipos de Bill Belichick no hay espacio ni tolerancia, para la ignorancia ni la desobediencia.

Tienen un sistema rígido que se debe seguir al pie de la letra y uno que Cam, muchas veces ignora, al salirse del ‘rol’ a gusto y antojo con sus esporádicas corridas y cuestionables decisiones que arriesgan la posesión del ovoide y las posibilidades de anotar de los bostonianos.

Es más, de llegar a frustrar a sus compañeros, no dudaría llegaran a dejarlo solo en un par de ‘blitzes’, para que aprenda a no ser arrogante, orgulloso y narcisista como todo ‘Patriot’ es requerido serlo. Algo que se hace solamente en equipo y no a escala individual. Es irónico que sea aceptado ser egocentrista, pero en conjunto. ¿A poco no?

DESGRACIA

En el caso de Cowboys y Dak Prescott, no cabe más que decir que causa cierto grado de lástima, pena ajena con una pizca de tristeza su actual situación.

En un 2020 en el cual exigía más dinero de lo que realmente vale y en el cual, los Cowboys no tienen una línea defensiva de confianza. Una que permite un promedio de más de 30 puntos por juego.

¿El colmo de los colmos? se lesiona seriamente cuando más tenía que mostrar, y pierde mucho más que un monto absurdo de dinero, sino más de media temporada por jugar, sin saber si algún día volverá a ser lo que fue antes. Por el momento es un hecho que no retorna para la temporada actual.

Y mientras le deseamos la mejor de las recuperaciones, en mi humilde opinión, sigue siendo un mariscal común y del montón, situándolo a la par de otros como Jared Goff y el mismo Tom Brady, que de no tener líneas ofensivas que les compren tiempo y les hagan espacio o a un Bill Bellichik por ejemplo (al mando), no tendrían lo que tienen ahora.

Goff brilla por esa línea ofensiva (aclarando que no ha ganado nada) y Tom (cinco anillos), porque lo ubican frente a paredes que le dan tiempo de sobra. Castillos y fortines de suma protección.

Algo que no es el caso con otros como Derek Carr de Raiders, Aaron Rodgers, Drew Brees, Mahomes, ‘Big Ben’ y Russell Wilson que siempre se rifan el físico a pesar de las limitaciones de quienes tienen la dura tarea de darles tiempo, consideración y protección.

Y ya que mencionamos a Jared Goff, pues no todo es malo, debo admitir que le ha ido bien al chico con su línea ofensiva, wide outs, running backs y tight ends en lo que va de esta temporada 2020.

Por lo menos así se debe considerar por el gran momento que atraviesan los Seattle Seahawks a quienes persiguen en el Oeste de la NFC.

POLOS OPUESTOS EN L.A.

Si siguen con ese ímpetu, podríamos ver a los Rams de vuelta —muy pronto— en los Playoffs, tras un 2019 para el olvido en el cual brillaron más por si ineptitud, arrogancia y actitud, que por los nombres que figuran en su nómina.

En cuanto a los Chargers se refiere, continúan con los mismos síntomas de siempre. Con un mariscal de campo irregular, y este en específico, en pañales y sin señales de mejoría.

Confirmando de esta forma que, no era Phillip Rivers el problema, ni Anthony Lynn, sino una tormenta perfecta de problemas que se conjuntó con otra confirmación de que cuando la cabeza anda mal, (Dean Spanos) le sigue el cuerpo.

Este mal o maldición de Chargers es similar a la que un día sufrieron los Dodgers, Rams, Clippers, Angels, Lakers y hoy en día, el LA Galaxy.

Razón por la cual, el plantel y empleados de oficina de Chargers le pueden culpar y cargar todo a Dean Spanos e hijos que con sus malas decisiones y movimientos, siguen siendo el hazmerreír de L.A junto a los Clippers de la NBA que fueron humillados recientemente en la burbuja de Orlando.

Un mal que, en su momento, sufrieron los Rams bajo el mando de Georgia Frontiere, los Clippers bajo el ‘reinado’ de Donald Sterling, los Dodgers tomando órdenes de Frank McCourt, los Angels de Arte Moreno, la versión de Lakers de los hermanitos Buss y la mala gestión de Chris Klein al frente del Galaxy de Los Ángeles, que hoy los tiene en el último lugar.

¿Lo único bueno de todo esto? ‘Nada permanece’, como bien lo diría Heráclito.

FIASCO CANCELADO

En cierre, bien hecho por parte de la NFL en cancelar el fiasco del Pro-Bowl de Hawái. Una farsa total, que nunca representó lo que pretendía ser; una especie de” Juego de Estrellas”.

Y que pena para los Kansas City Chiefs, que creo, tomaron una pésima decisión al hacerse de los servicios de Le’Veon Bell, que no llega solamente con sus problemas de actitud, sino con el drama de hijos regados, y el acoso de sus tres ‘baby mommas’.

A esto le agregaría un ‘shame on you’ a Roger Goodell, por enésima ocasión, que está viendo como se le cae una liga que debió haber sido jugada o disputada en una sede, y en una ‘burbuja’, como lo hicieron los de la NBA, la MLS, la WNBA y la NHL, sin mayor problema alguno.

Los dejo. Hasta la próxima.

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