Copa América y Conmebol entregan noveno cetro a Brasil en el Maracaná; Copa Oro y la Concacaf premian a su ‘gigante’ con ‘octava estrella’ en el Soldier Field; Copas deslucidas y abolladas indirecta directamente por el ‘VAR’ y sus intereses económicos

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— Ambos ganaron de forma merecida, pero con un opaco nivel —y ayuda de sobra —en camino a una Final que, honestamente, les dio el derecho momentáneo, en los casos específicos de Brasil y México (previo a las próximas eliminatorias), de ‘acariciar la gloria’ y alzar su novena y octava copa ‘Continental’ respectivamente, sin poder borrar ‘su cuestionable camino hacia dicha instancia Final’.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque por el lado de Brasil, se aferró de la Copa América, ante una selección peruana que le dio pelea, pero que sucumbió ante la presión de un Maracaná a reventar, y con la complicidad de un VAR, que los colocó en esa ‘Gran final’, gracias a desaciertos y descaros que dejaron en el camino a una Argentina luchadora, tras no cobrarle dos penales claros en la fase Semifinal.


Por el lado mexicano, los dirigidos por el argentino, Gerarda ‘Tata’ Martino, alzaron su octava Copa Oro ante el rival de siempre, Estados Unidos, que llegó a instancias finales con fortuna de sobra y muy poco merecimiento. Esto, mientras México se ‘colaba’ gracias a la ‘ausencia’ del mismo VAR en su partido de semifinales, donde gracias a un ‘penal regalado’ en tiempo extra (que era imposible revisar), logró ‘superar’ a una selección de Haití que perdonó de sobra, al momento de la verdad.

¿No me cree? Basta con el ver el andar de ambas selecciones en sus respectivas Copas, en donde se vieron en apuros ante rivales —en papel— inferiores a ellos.


En el caso de Brasil, una goleada de 3-0 ante Bolivia, un empate ante Venezuela (merecido y justo) y una paliza a Perú en la fase de grupos de 5-0, nos vetó de ver todas sus falencias —y real potencial— hasta en los cuartos de final, donde, de no ser por la lotería de los penales, fácilmente se pudieron haber quedado en el camino a manos de una aguerrida selección de Paraguay.


Ya en semifinales, contaron con la ‘mano divina’ del central ecuatoriano Roddy Zambrano, que vetó a la Argentina de Lionel Messi de dos claros penales, tras no haber tocado, revisado o voltear a ver al famosísimo VAR, cuando en partidos anteriores, había determinado el resultado de los mismos.

REGALOS DESCARADOS

En este encuentro, en el cual también le perdonó una roja a quien terminaría siendo el jugador del torneo, Dani Alves, ignoró por completo el uso de un VAR que, irónicamente, reapareció en la gran final, al regalar dos lanzamientos desde el manchón de penal. Uno a favor y otro en contra del nuevo ‘Rey de la Conmebol, que superó a Perú por goleada de 3-1 en el Estadio Maracaná.

Bendito VAR que igualmente brillaría en la Copa Oro de la Concacaf, solo que no por su presencia sino por su ausencia, ya que México, contó con la ayuda del referato, para alcanzar su propia Final.


Ojo, no lo digo yo. Es del saber del mundo y las cámaras de televisión, que mostraron claramente, que el penal en tiempo extra —en ‘contra’ de la humanidad de Raúl Jiménez— fue un simple regalo del silbante central.

Y aunque en la Final ganó merecidamente, ante un Estados Unidos desconocido y apático, no se puede decir lo mismo de la forma en la cual llegó a dicha instancia, tras apalear a una indefensa selección de Cuba —en fase de grupos— y luego de humillar a una insípida Canadá, previo al susto de sus vidas ante Martinica, que los presionó hasta el final (3-2).

CON LA MÁS FEA…

Ya en cuartos de Final, les tocó ‘bailar con la más fea’, al verse las caras con los ticos, ante quienes definieron —por suerte— por la vía de penal, previo a esa oscura semifinal, en la cual insistimos, le regalaron su pase a esa ‘Gran Final’.

En síntesis, dos ganadores merecedores –en la cancha, dentro de su respectiva final– que, contaron con la ayuda del VAR de forma directa e indirecta. Unos por su presencia, y otros, como subrayamos, por su simple ausencia.


Ya para cerrar, hay que reconocerle “al César lo que es del César”, y ese es el mérito y reconocimiento a la brillantez de varios elementos como Gabriel Jesús, que salió peleado de la Copa América gracias a una expulsión, pero no sin antes mostrar un enorme potencial.

A eso hay que sumarle el brillo de un Dani Alves que aún juega como un adolescente, y la promesa de esa selección venezolana que ha mostrado una gran evolución. ¿Y por qué no? Las hazañas de Andrés Guardado.


GALÁCTICOS

Esto a la vez que —específicamente en Copa Oro— brillaban otros elementos como Uriel Antuna del LA Galaxy — definitivamente la revelación del torneo— y el hermano menor de los hermanos Dos Santos (Jonathan), que, como Antuna y con goles, grabaría el nombre/apellido de su familia en los libros dorados del fútbol de la Concacaf.

Esto tras superar al portero Zack Steffen, en la gran Final y ante el ‘rival de siempre, convirtiéndolo a él y su hermano Giovani, en el único ‘par de brothers’ en darle un título a su respectiva selección, tras anotar el gol definitivo en una ‘Final’ (Gio lo hizo en 2011).


Todo ante un rival que, continua escondiéndose detrás de la pobre excusa de ‘estar en plena etapa de transición y renovación’, que les sirve hoy, pero no cuando llegue el esperado momento de disputar la hexagonal y mucho menos, cuando busque definir su tan ansiada ‘clasificación’.

Recuerden que, pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. ¡Te hablan, ‘Team USA’!

Los dejo. Hasta la próxima.

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