‘AL DESNUDO’

El mejor consejo que alguien le pudo haber dado a LeBron James salió de la boca de Kobe Bryant, una vez más: “Sigue empujando. Continúa trabajando”. Los errores de la gerencia de Lakers al desnudo

Por René Romano @reneromanosport @TheLAVox

LOS ÁNGELES, EE.UU.— Kobe Bryant dijo hace unos días atrás que ya no perdía el sueño por el baloncesto.

Algo que me congeló y me tomó completamente por sorpresa.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque un hombre tan talentoso, inteligente y tan capacitado como Kobe, que conoce la duela y la naranja como la palma de su propia mano, e incluso hasta en la oscuridad, debe ser parte del baloncesto.


Y si algo lo puede llevar a cambiar de pensar, sería el actual momento que atraviesa el equipo de sus amores, los Lakers de Los Ángeles, que no necesariamente necesitan de Magic Johnson o Rob Pelinka— y me atrevo de paso a decir que, tampoco de Jeanie Buss, salvo en lo monetario y moral— para revertir la mala racha y a la desgracia que vienen arrastrando los púrpura-oro ya por varios años.

Pero iremos por partes, iniciando con los horrores gerenciales de la actual gestión, que hoy en día vemos reflejados en el buen momento que atraviesan piezas ‘de canje anteriores y lejos de L.A.’, como, Lou Williams, Brook López, D’Angelo Russell, Julius Randle, Ivika Zubak, Jordan Clarkson y Larry Nace Jr. entre otros.

Jugadores que siguen creciendo y brillando, y que, en su momento, fueron dejados, por lo menos en algún aspecto u otro, al margen del equipo por x o y razón, por uno de los tres antes mencionados.


SIN RODEOS

Una gerencia conformada por Magic, Jeanie y Rob, sobrada de dinero y carácter, pero carente de conocimientos suficientes como y para cuando se trata de manejar y llevar las riendas de un equipo como Lakers, que, como otros grandes, tiene una tradición y compromiso con el triunfalismo y la excelencia.

Y ojo, no lo digo con el afán de atacarlos, criticarlos o desmeritarlos, sino, por la urgencia de hacerse de los servicios de alguien –dentro de su front office- que conozca más al jugador, pero, sobre todo, el deseo de ganar.

Lo sé, muchos dirán que Magic llena todos los requisitos del perfil y mucho más. Empero, les diré que están totalmente equivocados.

Magic evolucionó de ser un legítimo ganador y digno campeón de NBA a un gigante del negocio. Pero nada más, incluido su fallido intento a jugar de coach.


Como Johnson, Rob Pelinka evolucionó de agente y conocedor del pensar del jugador— nunca distanciado de ese ojo quirúrgico que posee por las finanzas — a Gerente General – con lo que ahora conduce y amaña ‘el espacio salarial disponible’ de los 16 veces campeones de la NBA.

Kobe en cambio, llena todos los requisitos que no completan estos dos. En pocas palabras, Jeanie Buss debe ver como convence –aún suene imposible-- a que ‘La Mamba Negra’ le ayude enmendar el paso de la ‘posesión y herencia más amada de su difunto padre’, el Doctor Jerry Buss.

Y si Kobe no lo hace al tomar las riendas del equipo, por lo menos que lo haga o funja como asesor y con suficiente voz y voto como para revertir e influir en cualquier decisión que tomen los primeros dos, que insisto, han cometido errores que, en otro lado, de no ser por el cariño que les tiene la gerencia y la afición, les hubiera pasado factura mucho antes con un despido ante su fracaso.


Comentario con el que llegó al final y punto clave de esta columna, en la cual le recomiendo hoy, mañana y después a LeBron James –a quien no culpo de los males de Lakers-- que siga empujando.

AL GRANO

Que siga peleando tal y como se lo recetó ‘la Mamba Negra’, que deja hoy más que nunca en evidencia que, un hombre con el poder de influenciar en el pensar del mejor jugador del planeta, no tendría limite o tope alguno si llegase y comandase ‘el manejo’ de un club, acostumbrado a triunfos, y que tiempos más recientes, ha sido más víctima de la desgracia, que merecedor de la gloria, y los halagos y privilegios que esta conlleva.

En cierre, no descarto que puedan convencer a Kyrie Irving de llegar a L.A., o a Klay Thompson e incluso a Jimmy Butler —pues el presupuesto y el poder monetario lo permite — no obstante, hay que recordar y tener muy en claro, que los logros de una organización son el resultado de los esfuerzos combinados de cada individuo.

Nunca e visto un ‘Yo’ dentro de la palabra equipo. ¿Acaso, ustedes?

Los dejo. Hasta la próxima.

About The Author