La presión por reiniciar el deporte en Estados Unidos es tan ridícula que están dispuestos a arriesgarlo todo por ‘unos centavos ‘

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ANGELES, EE. UU.— Dicen que nada positivo viene de ser negativo... y puede ser cierto.

En ciertos casos y situaciones o en algunas circunstancias.

Sin embargo ese lema o pensamiento no es del todo acertado, ni mucho menos realista. Es envidioso y absurdo, envidioso y peligroso. Es venenoso. Confuso. Maldicho.

Por lo menos hoy y desde hace más de 50 días. Desde que inició el famoso virus.

Les diré porque. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque por lo menos en tiempos recientes, en los cuales vivimos en crisis, miedo y algunos casos pánico, esto de reiniciar el deporte y sin público es no es solo una mala idea o falso e iluso sueño, sino además una especie de delirium tremens y una vil mentira y presión oscura.

A ver. Iremos por partes.

En el beneficio de los necios y testarudos, ¿a quién se le cree?

Es una enfermedad, lo sé. Pero más que todo un encarcelamiento forzado, si eso le quieren llamar a su famoso distanciamiento social.

NO ES TAN SENCILLO

Y siendo un columnista de décadas del deporte, me apegaré a eso y les pido que se preparen para lo peor porque esto no es algo tan sencillo como un día lo pensé.

Mi gran problema con toda esta presión de los 'medios' y lambiscones es:

Primero porque cuando y si es que dan luz verde para que volvamos a los estadios, primero tiene que haber antídoto. Revisión. ‘Esculcamiento’ y hasta cierto grado, acoso, antes de que nos dejen disfrutar de un partido juntos. Aún con grada vacía.

Además, con varias ligas ya con los brazos bajos (Ligue 1 entre otras), ¿Creen realmente que habrá o debe haber más NBA, NHL, MLS, MLB, WNBA o NFL?

Yo no me trago ese cuento. O por lo menos, espero no caigan en su presión y su cuento.

Tendrán que jugarlo todo en octubre si eso. Si eso… porque yo no creo que nos dejen salir a la calle antes de noviembre.

Sí, como lo lee.

Lo que deben hacer los fanáticos desde ya, es exigir la devolución de su plata como ya se lo permitieron a los abonados del LA Galaxy y el LAFC en la MLS.

Lo que deberían de hacer todos los fanáticos, es hincarse ante la tormenta y no pensar en los Lakers, la NHL, los Dodgers, Yankees o Lebron.

Lo que deben hacer los fanáticos, es guardarse esa plata para comer porque esto no parará aquí.

Yo en lo personal tengo mis teorías de este circo, que es enfermedad, insisto, pero no una para acabar con el mundo.

CUANDO LO REELIJAN

¿Gato encerrado? Creo que después de las elecciones gringas de noviembre ‘con jugo de naranja' se podrá curar cuando ya el señor esté asegurado 4 añitos más.

Pero antes, pensar que jugar la NBA en DisneyWorld por ejemplo, iniciar la MLB ‘por sus ‘huevos’ y presiones estúpidas, y encima, pensar que habrá o debe haber NFL es estúpido.

Por lo menos ese es mi pensar.

¿Por qué forzar las cosas?

¿Por qué no podremos escribir del deporte o gozar de partidos por TV? Vayan a cagar...

Esto es de prioridades. De seres pensantes. Hay que ser pacientes. Prudentes. HU-MA-NOS...

De hecho, son contados con los dedos los que vemos en los estadios que devengan algo del deporte.

Los demás son colados y arribistas. Curiosos. Que deberían de ‘pensar’ y no intentar ‘arrebatar’.

¿Más claro? Somos un puñado los que perderemos plata. Los demás solo van a un ‘free game’ para salir del aburrimiento de sus hogares y jugar a ser ‘’periodistas” con la ayuda de los jefes de prensa que les otorgan 'acceso'.

Eso dicho no les digo que no me gustaría ver el ‘play ball’, el ‘jump ball’, o el kick off de vuelta, pero ¿vale la pena forzar las cosas? ¿Vale la pena arriesgar más vidas? ¿For the love of the game?

Cerraré con esto, porque pocos estarán de acuerdo y a muchos se les irá por encima el ‘roletazo’ y no sabrán bajar el centro ni mucho menos dominar la pelota frente al gol...

“Es bueno acostumbrarse a la fatiga y a la carrera, pero no hay que forzar la marcha.”

A buen entendedor pocas palabras.

¡Sí, ya estoy de vuelta!

Los dejo. Hasta la próxima.

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