Futuro de Lakers no depende de quienes lleguen, sino de quienes se puedan mantener saludables en momentos de apremio; la fragilidad de LeBron James y la ‘eterna’ con Anthony Davis es el mayor obstáculo. Clippers ‘en las mismas de siempre’

Por René Romano @reneromanosport @IamRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— Bien dicho está que, el único elemento que puede sustituir la dependencia del pasado es la dependencia del futuro.

Algo que, estos Lakers de Los Ángeles ya tienen grabado en sus memoria desde su fallido intento de 2020-2021 dentro de la NBA.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque es bueno que tengan memoria. Que tengan vergüenza. Que tengan pena y asuman responsabilidad.

Es bueno que recuerden esa espantosa temporada de 2020-2021, que resultó ser un triste ‘encore’ de su campeonato ‘burbujero’ en Orlando.

Y es que, vea, por mucho que nos hayan intentado vender que, ‘la culpa’ recae sobre la preparadora física Nina Nsieh, a quien cobardemente se le utilizó como chivo expiatorio —al despedirla— para así hacernos pensar que ella controlaba la salud y todo lo que sus jugadores hacen las 24 horas del día— todos los días del año— la dura realidad es que LeBron ya no es el mismo y que Anthony Davis, a menos que tenga algo crónico, es un jugador de cristal.

Sí, tal y como lo ha demostrado ser en Los Ángeles, y en Nueva Orleáns donde siempre ha estado lesionado por x o y razón.

Es evidente y se entiende que los Lakers no pudieran jugar con todo su arsenal por un lapso decente o admisible durante la temporada regular, pero no fueron los únicos expuestos a esa maldición.

De hecho, un sinfín de jugadores clave estuvieron fuera en más de algún momento —en toda la liga— después de ‘romper la burbuja’ de Orlando.

Y yo, por lo menos, no escucho a nadie de ellos quejarse de su preparador físico o ‘chef’.

‘TOTAL DESCARO’

Lo que más indigna e incómoda es que, en lugar de tomar responsabilidad y aceptar que, el único elemento que puede sustituir la dependencia del pasado (LeBron y AD) es la dependencia del futuro (la salud de estos dos mismos y los que han llegado, como Melo, Westbrook y Ariza entre otros), han buscado excusas, intentado taparle el ojo al macho (incluso no renovando con algunos coaches), al intentar vender una falsa narrativa que intenta ocultar el hecho de que estos dos hacen ‘de más’ durante el año calendario.

Razón por la cual uno siempre anda resentido y cansado, y el otro simplemente lesionado porque como el ‘nene grande’ de new Orleans, está hecho de cristal.

E independientemente de quien venga a Hollywood, o se vaya, llámese Russell Westbrook, Kyle Kuzma, Kentavious Caldwell-Pope, Ben Simmons, Zach Levine, Kyle Lowry, DeMar DeRozan, Carmelo Anthony, Chris Paul y hasta el fenómeno de Brooklyn, Spencer Dinwiddie, lo cierto es que estos dos ‘dependes’, deben de abstenerse y alejarse de lo menos importante, dentro de lo más importante.

Si bien Hsieh puede asumir parte de la caída (física), y ser el chivo expiatorio de la ‘película de 2020-2021’ (junto a dos o tres coaches), es imperativo recordar que James tiene 36 años y se ha perdido 27 partidos en dos de las últimas tres temporadas, e imposible hacernos de la vista gorda al saber que Davis ha sido propenso a lesiones en el pasado y nunca ha jugado más de 75 partidos en una sola temporada.

Esta es una dura realidad. De hecho, esta es la segunda vez en los últimos tres años que los Lakers se han separado de su entrenador atlético principal. Los Ángeles dejó ir a Marco Núñez en abril de 2019 después de tres años al mando y luego de una temporada en la que los jugadores de los Lakers se perdieron 212 partidos (combinados) debido a una lesión.

¿Quiere más? Estos tres años han sido los mejores y los peores de los tiempos ‘al mando de LeBron’, con un título intercalado por dos años plagados e infestados de lesiones tanto para él como para los púrpura-oro.

DESGASTE, DESCUIDO…

Algo que insisto, no recae de forma solida sobre Nina Nsieh o los coaches que se fueron, pues a menos que se hayan puesto de acuerdo con los anteriores, y sus antecesores, sería estúpido e imprudente ignorar que, James ciertamente va de salida y que AD, se la pasa más vestido de particular, que de corto.

En cierre, solamente un iluso y poco conocedor se dejaría convencer de que todo debe recaer sobre el personal de capacitación. ¿Y sabe por qué? Porque aún sean parte de la culpa de los problemas de lesiones de los Lakers, nunca ocultarán la dura realidad de que el único elemento que puede sustituir la dependencia del pasado es la dependencia del futuro.

Y a menos que cambien las cosas radicalmente —dentro de lo que hacen estos dos de forma extracurricular cuando no están con el equipo— algo que, honestamente no veo suceder, en Lakerlandia deben comenzar a hacerse la idea, todos, de que, luchar una y mil veces por estar juntos jamás será por amor. Será por dependencia emocional.

Y es que, si la relación fracasa en reiteradas ocasiones, es un claro indicio de que esa unión no llevará a nada bueno, siendo lo ideal que se alejen el uno del otro para superar esa dependencia emocional y crecer personal, o institucionalmente.

¿Lo de Westbrook, Melo, Dwight y Ariza? Lo vemos con buenos ojos, pues la meta es ser campeones otra vez y Russ y compañía les pueden ayudar mucho al respecto. La naranja se puede compartir, y tanto Russ como los demás están dispuesto a hacerlo.

Empero, todo pesará en la química que se cocine en el vestidor, y que al final de cuentas, es lo que más influye dentro de la duela. Sí, aunque usted no lo crea.

En caso de los Clippers, ¿qué les digo? Siguen en las mismas de siempre: Manos vacías, un departamento de prensa peleado y divorciado con los medios hispanos, un departamento de mercadeo carente de visión, y un propietario en Steve Ballmer, que a veces, se entrega más en los partidos que sus propios jugadores.

Al final de cuentas, el verdadero buscador crece y aprende, y descubre que siempre es el principal responsable de lo que sucede.

Los dejo. Hasta la próxima.

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