A Lionel Messi lo traicionaron, lo vendieron, lo torturaron y luego lo crucificaron en Catalunya. Lo mismo le sucedió a Pep Guardiola, a Rivaldo, a Ronaldo, a Romario, a Figo, y a Diego Armando Maradona. Argentino al ‘dream team’ de París ¿Y Mbappé, Cristiano y Erling Haaland?

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.– El que a redentor se mete, crucificado sale.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque todo aquel que se dedica a liberar, rescatar o proteger, por lo regular, sale ‘mal pagado e desamparado’ por intentar rescatar a los suyos de las esclavitud de la derrota y la indiferencia.

Lionel Messi sale de Barcelona, marcando el final de una era en el deporte y la asociación entre los gigantes catalanes y la superestrella argentina.

Una superestrella sinigual que, firmó su contrato inicial con el FC Barcelona en su infancia y en una servilleta.

Solamente para que este club, 21 años después y como hace con todos, se pasara esa misma servilleta por el arco del triunfo, para crucificarlo, y expulsarlo por la puerta de atrás.

Cierto es que ningún jugador o directivo viene antes de la institución.

Empero, luego de 778 partidos, 672 goles y 35 títulos (entre ellos 10 ligas y cuatro Ligas de Campeones de Europa), el club que se afana en decir que, es 'más que un club', por lo menos le debía una digna despedida. O por lo menos, una salida menos escandalosa y humillante como la que malagradecidamente le brindó.

EN PLENO SHOCK

Si nos ponemos la lupa y examinamos los desarrollos detrás de escena que llevaron a Lionel Messi a abandonar Barcelona, lo que encontrarás es una estrella en estado de shock.

¿Los detalles? Son de dominio público. Y vaya que son de escándalo.

Messi tenía su contrato con el Barcelona listo para poner la pluma en el papel y jamás anticipó el increíble giro en U en su situación. Incluso el Barça tenía programado un anuncio especial con las dos partes listas para anunciar al mundo una renovación del contrato hasta el 30 de junio de 2026 con el equipo Blaugrana. En cambio, lo que obtuvimos fue que los dos partidos aún bloqueados por las reglas de La Liga lo que fue un acuerdo concluido y completado.


¿Mi teoría personal? Muy distinta.

Para mí, esta fue una movida maestra de Florentino Pérez, que orquestó y le presentó a Joan Laporta algo que no podía nunca resistir.

Inmunidad al momento de ‘querer o pretender ser castigados por la UEFA, por sus actos de SuperLiga’, ‘unión desmedida al momento de firmar el acuerdo con CVC Capital Partners por unos US$3.000 millones, que dicho sea de paso, era un requisito u condición. Y tercero, sanear ambas filas, tras las salidas de quienes las antes ‘bien o mal’ las capitaneaban.

Ya se había ido Cristiano Ronaldo. Era el momento idóneo para que ante la salida de Sergio Ramos, se fuera el ‘otro capitán’ para así comenzar ambos de cero, obvio, con la plata de CVC Capital Partners, que son unos US$3.000 millones y encima, salir de muchas deudas mientras se burlaban ambos de las amenazas de la UEFA.

EFECTO DOMINÓ

Hoy, todas esas circunstancias causan un efecto dominó, que felizmente le da a Laporta un nuevo equipo, con un nuevo fondo en su cuenta bancaria. Un equipo que no es malo, pero que si será por lo menos en papel, a lo que armará Florentino, el cerebro maestro de todo esto, que no solo se sacó de encima al ‘incomodo’ de Cristiano, sino al malcriado de Ramos, y junto a él, la salida de Messi que le entregará en bandeja de plata a Erling Haaland y a Kylian Mbappé.

Un nuevo inicio para ambos clubes. Nueva era. Nuevos aires y billeteras colmadas de euros, créditos y réditos por doquier.

Es mi versión y mi manera de ver el entorno. De ver como se manejó y como se anticipó. De ver como se cocinó una de las más grandes felonías en la historia del mundo. Una no necesariamente atada al deporte.

Pero hay buenas, recordemos que, el final de la historia de ‘Judas’ no fue bonita. La traición nunca termina bien para el traidor. Hay un precio a pagar cuando vendemos a la gente para nuestra propia agenda personal, debido a una ofensa personal o para beneficio personal.

Pero Messi, el traicionado, no permitirá que esta traición lo derrote. No se pondrá amargado ni resentido. Hasta el final, jugará, luchará, brillará, amará y perdonará.

Y nos guste o no, Messi al PSG es una realidad. Y quedará solamente como otra historia increíble producida por el mercado de transferencias en constante cambio.

¿Más que un club? No. Hoy es simplemente otro club. Uno que permite que el que a redentor se mete, crucificado sale. Sea quien sea y de donde venga.

Moraleja: Con los Judas no se pelea. Ellos se cuelgan solos. La despedida de Pepe Costa ratifica la puñalada.

Los dejo. Hasta la próxima.

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