NECEDAD, CONSECUENCIA

Entre misteriosos descansos y pausas de LeBron James, sin admitir que se ha excedido sin medida, a los raros movimientos de los púrpura-oro y la recta final de su odisea hacia otro cetro de la NBA, los Lakers no son quienes aparentan ser

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

REDACCIÓN CENTRAL (THELAVOX). — Malcolm X no lo pudo haber expuesto de mejor forma:

Yo tengo más respeto para un hombre que me permite conocer cuál es su posición, incluso si está equivocado. Que el otro que viene como un ángel pero que resulta ser un demonio.

Ese es el actual sentir —con exactitud—de este servidor en cuanto al tema LeBron James, Lakers, la sobrecarga, los raros movimientos (dentro y fuera de la duela) y su cuestionable actitud (dentro y fuera de la duela).

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque se les dijo. Se les advirtió.

Y mientras de todos es sabido que maneja camerinos, mueve y pone jugadores. Quita y reorganiza ejecutivos y directivos, también peca de ansioso cuando de sí mismo se trata.

Por si eso fuera poco, ahora pesa —espeso, pesado, incómodo y entre humo grueso y tupido— el tema sinceridad en cuanto a ciertas cosas y bajo acusaciones de que no siempre es sincero, y que en Lakers, las cosas no son como aparentan ser.

Y es cierto. Hay que decirlo y se dirá.

IRREGULAR ANDAR…

Pero en partes… Iniciando con el tema de su ‘andar’. Su manera de jugar y su actitud al jugar y rivalizar.

Nada malo con un jugador ambicioso que dicho sea de paso es extremadamente talentoso y figura entre la histórica realeza de la NBA.

Absolutamente nada malo con eso, pero sí con la falta de honestidad con sus compañeros, la afición y consigo mismo.

A inicio de temporada se dijo: No somos ave de mala suerte (malaguero), pero sí LeBron James permanece con esa postura de jugar de forma desenfrenada sin tomar sus precauciones y debidos descansos ‘A la Kawhi’, se arrepentirá al final.

Algo que, iniciamos a ver mucho más antes que después.

Vea, iniciando con que la lesión que sufrió la temporada anterior (tironazo) fue mucho más grave y seria de lo que se dijo, por lo que, el peligro de tener un sobresalto por parte de esta, o una reagravación, se sabía mucho de antemano.

Aparte que, eso de ‘jugar todas las noches’ y a veces ‘minutos sin necesidad’ de hacerlo, le pasaría factura.

Y mientras entendemos que a en la mayoría de los casos ha sido necesario que él juegue e incluso tome la última canasta, pues Lakers no sabe amarrar partidos sin él, tampoco es culpa del indio, sino del que lo hace compadre en depender de lo habitual.

¿Y EL BALANCE?

Y mientras hoy, ya vuelve el fantasma de la lesión, que avisa y no engaña. Que intimida y amenaza, es obligación de Lebron y Lakers de poner todo sobre la balanza.

Sí y analizar si vale la pena seguir empujándose a límites que su cuerpo a largo plazo no aguanta, ni aguantará. Np a esa edad.

Caso contrario, terminaré lesionándose una vez más, como lo hizo Kobe Bryant —que en paz descanse— en su momento, cuando tras no escuchar razón, posible riesgo o consejo, se rompió un talón de Aquiles no daba ni estaba para más, ante una desenfrenada pasión por ganar, que concluyó con un doloroso retiro, sin nada que festejar más que un partido de 60 puntos ante un Utah Jazz, que seamos honestos, en el último cuarto del partido ya no lo cubrió ni lo defendió.

En síntesis, y mientras pesan interrogantes como su sinceridad en cuanto a su verdadero dolor, la muerte de Kobe incluida (yo en lo personal palpé algunas cosas un tanto insinceras) y el manejo de ese camerino que sabemos es de él y su mejor amigo en Anthony Davis, ahora pesa la sombra de una re-agravación de lesión, a la vez que hay que reconocer —por enésima vez— que las cosas no son como pintan ser, pues de jugarse los Playoffs el día de hoy, este equipo no tiene como vencer a los Clippers, o mucho menos a los Rockets en una final del Oeste, sin ir tan lejos como discutir la paliza que recibieran en una disputa por el cetro de liga ante el equipo de un ‘Greek Freak’ que a nadie le debe y por ende, a nadie le teme.

En cierre, los dejaré con las palabras de Charles Dickens, que aplican a perfección a este tema, y que a mayor grado expresan mi sentir:

“No juzgue nada por su aspecto, sino por la evidencia. No hay mejor regla.”

Recuerde que, pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos. Tranquilo, Lebron.

Los dejo. Hasta la próxima.

About The Author