El balompié Angelino se vio afectado en 2020 por pésimas decisiones dirigenciales, errores extra-cancha y su terquedad de querer vender camisetas en lugar de enfocarse en el fútbol; Los pecados y horrores responsables del fracaso del LA Galaxy y LAFC

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— Dicen las malas lenguas que, el éxito de un minuto paga el fracaso de año.

Empero, este no es necesariamente el caso del LA Galaxy y su rival de patio dentro de la Major League Soccer, el afamadísimo LAFC.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porque en una ‘plaza’ o ciudad como Los Ángeles, y más en el ámbito deportivo, nunca hay, ni existirá margen para el error o el fracaso.

Especialmente cuando se toma en cuenta que entre el futbol americano, el hockey de la NHL, el béisbol de Grandes Ligas, lo que se ha forjado por parte de Lakers en la NBA —porque Clippers no merece ni un vistazo— y lo que bien han hecho las Sparks en la WNBA — sin olvidar las ocho copas del Galaxy, dos en Copa Abierta, una en Concacaf y cinco de la MLS —, son un total de 37 trofeos los que han acumulado sus equipos profesionales, y 41 si se toman en cuenta los títulos de los del Condado de Orange (Angels y Ducks, uno cada uno) y el de 1983 que se llevaron los Raiders a Oakland y Las Vegas, y el que nos trajeron los Rams de San Luis.

Treinta y siete bien forjados y cuatro dentro del vaivén e inestabilidad por la cual se caracterizan los equipos de Anahein, que no logran decidir sin son ‘de Chana o de Juana’ y los de la NFL, que nunca han ‘echado raíces a fondo’ dentro del corazón del fanático leal de esta ‘gran ciudad’.

Pero enfocándonos en lo primordial, es imperativo que todos sepamos y estemos en la misma página en cuanto a la verdadera razón del fracaso de los Angelinos dentro del fútbol emelesero.

INICIANDO CON EL PENTACAMPEÓN…

Cierto, el Galaxy acumula ocho cetros, pero desde el 2006, específicamente tras la salida de Bruce Arena, no ha sido nada más que un espejismo en el desierto. Una lágrima total.

Algo que, Dennis te Kloese niega y esquiva, pues no le conviene aceptar que hasta el momento, ha cometido un sinfín de errores, incluido el traer a Javier Hernández, que en lugar de anotar goles, se ha dedicado más a tomar cerveza como lo reflejan sus comerciales en la TV, a ser partícipe de Twitch jugando al ‘Play’, y a vender camisetas mientras se paseaba de ‘show en show’ por todo Hollywood Boulevard.


A eso habría que agregarle la poca participación e ineptitud de Chris Klein al mando, y un Dan Beckerman ausente y que, hasta este día, no sabemos si en efecto, sabe algo de fútbol.

De saber algo, lo mínimo, ya le hubiesen parado el tren a Dennis te Kloese, que no ha sido exitoso —en lo absoluto—dentro de la MLS.

No ganó nada nunca en su época en Chivas USA y tampoco hoy en día con el Galaxy de L.A., por lo que sus ‘recomendaciones’ y ‘frases pro- cambio’ no poseen valor alguno, no porque no sea cierto, sino porque nunca ha comprobado lo contrario.

Hay que señalar a algunos jugadores también que no han podido con el peso de cargar o liderar a un equipo, rubro en el cual está de más mencionar el fracaso rotundo del Chicharito, algo que no es culpa de Javier, sino de ‘quien lo trajo’.
Por otro lado están las pésimas temporadas de Jonathan Dos Santos, Rolf Feltscher, el letárgico año del ‘Pocho’ Insúa y el tibio arribo de Yony González, que vino cerca del final y fuera de forma.

Y como no todo es malo, hay que decir que los únicos que salvaron otra temporada para el olvido fueron jugadores completos de la talla de Sebastian Lletget, Julián Araujo, Efraín, Álvarez y Cristian Pavón. Todos seleccionados nacionales ‘habituales’ de su país y en el caso de los ‘argentinos’, con el ‘plus’ que se echaron el peso entero al hombro en ciertos lapsos, en un ‘last place finish’ por lejos vergonzoso y divorciado por completo de un legado manchado y un orgullo sumamente herido.

Y solo para agregar y para que quede escrito o grabado, a los males de la administración de Dennis te Kloese, porque es éste quien tiene carta libre para hacer y deshacer, hay que sumarle los osos de dejar ir a Uriel Antuna y a Favio Álvarez, que hoy hacen bien las cosas tanto en Chivas con en Pumas dentro de la Liguilla de la Liga MX.

ENGENDRO SIN CABEZA

Eso dicho y aclarado, en cuanto al LAFC se refiere, ya son tres años de sinsabores, porque un MVP de Vela o una ‘bandeja o charola’ de Súper liderato no cambia nada, absolutamente nada.

Claros en ese tema, tampoco se le pueden echar culpas a la directiva o al cuerpo técnico, a quien banco y sé que han estado en todas, haciendo las cosas bien y jugándosela con las piezas que estuvieron predispuestas, a su alcance y libres de lesión.

De la junta directiva y el cuerpo técnico, nadie, absolutamente nadie, se puede quejar.

Eso a un lado, los males del equipo —le duela a quien le duela y le pese a quien le pese— recaen sobre la falta de liderazgo. La falta de casta, huevo y hambre de triunfos. Además, a eso, habría que sumarle las alcahueterías de algunos medios de comunicación, que prefieren mentir, que escribir o divulgar la verdad.

Cierto, hay jugadores como Diego Rossi, Eduard Atuesta y Mark Anthony-Kaye que han dejado huevo y medio en la cancha, pero hay otros, como Carlos Vela, Brian Rodríguez y Andy Najar que no toman las cosas en serio (por lo menos eso es lo que aparentan sus actitudes dentro y fuera), con distracciones y pésimas decisiones extra-cancha que afectan severamente al equipo.

Mas en el caso de Vela, que se ausentó como siempre en momentos de apremio. Primero fue el torneo de Orlando, para luego lesionarse y retornar para fallar por enésima vez, cuando realmente contaba en los Playoffs.

Lo de Brian Rodríguez y Andy Najar si se le puede facturar a la junta directiva o a Bob, quienes compraron espejitos una vez más, demostrando que nadie aprendió con ‘el fraude de Rodolfo Zelaya’.

Y a los que se preguntan el por qué somos tan duros con Carlos Vela, les digo tajantemente que es porque él mismo prometió liderazgo, compromiso y entrega. Me lo dijo a mí en conferencia de prensa, frente a medio centenar de medios.
Algo que no se le ha visto en los Playoffs y que únicamente le observamos en los derbis ante Zlatan Ibrahimovic y aquel L.A. Galaxy.

De allí, nada espectacular, tanto en temporada regular como en los Playoffs, lapso en el cual se dio el lujo de fallarle a sus compañeros cuando y como pudo, con ausencias y ‘excusas de índole familiar’, y lesiones de carácter dudoso como las del Chicharito, que hasta el día de hoy, sigue sin presentar las pruebas del MRI que le pidió se realizara el ‘Melli.’

ERRÁTICOS

En síntesis, errores que recaen sobre sus máximas estrellas o por lo menos el entorno a ellos. En el Galaxy la necedad y la prepotencia de un directivo, y en el LAFC, la paciencia extrema de una junta directiva que le tiene que poner un ‘hasta aquí’ al juguete de las televisoras y máximo ‘salesman’ de mercancía junto a Javier.

Y es que es cierto, la llegada de jugadores mexicanos a la MLS tampoco tiene contento al mundo del ‘soccer’ en Estados Unidos. El problema no es solo en L.A.

Y claro, no por su nivel y menos por su nacionalidad, pues esta es una ciudad de latinos, para latinos, sino por los exorbitantes montos que pagan los clubes por sus traspasos y salarios que al final de cuentas solo sirven por vender camisetas, por lo que en ese rubro, aquel de ganar en el rectángulo de juego, ha perdido el fútbol.

Empero, y como lo dicta nuestro estilo, eterna postura y sello, siendo justos con los jugadores mexicanos en la MLS, Rodolfo Pizarro se rifó. Corrió. Hizo lo que pudo y desmayó y sucumbió acompañado de un equipo malo, que nunca lo arropó.

Cierto, no es material europeo, pero en la MLS, por lo menos hizo el intento. El intento de ser un jugador capaz y digno de su salario.

En el caso de Alan Pulido, ‘Puligol’ hizo bien las cosas, mejor incluso que Chicharito y Carlos Vela juntos, jugadores que se ausentaron por 'lesiones y asuntos familiares', más en el caso del segundo, que reitero, siempre encuentra y encontró una excusa ‘creíble’ para quedarse en casa con su pareja.

Jona dos Santos, Damm y Alanís en tanto, nunca pesaron. Es más, el que si sacó la cara en los Playoffs es el ya eliminado, Daniel Ríos del Nashville Soccer Club, que anotó ante Portland en octavos y contó con escasa participación en la eliminación —de cuartos de Final— de los suyos por ‘cuestiones técnicas y tácticas’.

En cierre, los dejaré con simple pensamiento, hecho para ganadores y que muchos en Los Ángeles —incluidos bloggers y periodistas sin carácter y huevos— aún no logran absorber, comprender, entender, aplicar o memorizar y que reza que, “Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían siempre sobre las clases dirigentes y no las producentes”.

Hay que empezar a poner ciertas cositas en práctica antes de señalar, pues aquí en Los Ángeles, por costumbre y con tanta responsabilidad encima, siempre son pocos los culpables y muchos los inocentes.

Les recomiendo una pizca de sentido común y dos onzas de juicio para escudriñar.

¿La solución para ambos? Simple: Conseguirle un líder de verdad al LAFC —porque a Carlos le queda grande la responsabilidad— y un coach como Greg Vanney para el L.A. Galaxy, a la vez que realizan un trueque por Javier.

Los dejo. Hasta la próxima.

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