Chargers siguen siendo un desastre, y aunque hay algunos que insinúan se pueden ir de L.A., será casi imposible, pues Dean Spanos insiste en quedarse, aunado al hecho que la NFLPA jamás lo permitiría. Rams sigue pasando penas

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU. — Lo he dicho mil y un veces y nunca me cansaré de decirlo: No hay hombre más pobre y miserable en el mundo, que aquel que solamente tiene dinero.

Algo que aplica como anillo al dedo a Dean Spanos, mandamás —en todo rubro—de los hoy en día Chargers de Los Ángeles.

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.


Porque dinero es lo único que tiene esta mezcla de cínico – antipático -ricachón.

Sí, esta especie de, si Jerry Jones y Al Davis hubiesen tenido un hijo juntos, este sería el resultado de tan bizarra mezcla de mezquindad, ineptitud e incapacidad para liderar —con dinero para tirar—y por ende dirigir a un equipo que no tiene arraigo por sus propios errores, que hoy los tienen en una ciudad que no los quiere, y encima en la punta de la lengua de todos, como candidatos a mudarse a Londres, cuando esto realmente es prácticamente imposible que se dé.

No porque Londres no fuese capaz de albergarlos, o porque no sea una buena idea, o alternativa, sino porque primero, Spanos jamás lo haría, ni daría su brazo a torcer en aceptar que sigue cometiendo errores garrafales y mortales cuando de manejar una marca o brand se refiere, y segundo, porque la Asociación de Jugadores de la NFL, la NFLPA, se opondría rotundamente y en gran mayoría —sino es que mayoría unánime—a mudar a un equipo fuera del país por una y mil razones que todo conocedor de la NFL debe saber.

LAS COSAS EN SU LUGAR

Eso dicho y descartado, porque aún Londres pueda meter 286,000 aficionados a Wembley y en Tottenham en la NFL International Series, en eso se quedará, con la salvedad de que, si en algún momento se arrepintiera este ‘asesino de sueños’, sería para devolverlos donde merecen estar, que es en la ciudad de San Diego, de donde nunca debieron haber salido.

¿Qué si Londres debe desistir de tal idea? Quizás, por la simple y sencilla razón que la NFLPA se opondría de entrada, por lo que eso de, “lo único que falta es un propietario de la NFL con la visión y la audacia para ver el pasado y trabajar en torno a cualquier cuestión o aventura y /o experimento de jugar en el extranjero y hacer el salto de mover su franquicia a través del Atlántico” se desvanece de forma agigantada y se escurre como agua en un colador.


No obstante, para los que quieren y les importan los Chargers, que son muchos fuera de Los Ángeles y pocos dentro, la solución está en volver a sus raíces y donde tienen arraigo con una ciudad, comunidad y cultura, que sigue llorando su partida, y cuya una reconciliación sería y se daría únicamente en un reencuentro, que honestamente, sería —para todos los involucrados— lo mejor que podría pasar.

DESMÁN Y DESORDEN

Siempre en Los Ángeles, y tras cumplirse la fecha límite de traspasos en la NFL, hay que decir que, los Rams continúan sin saber sin lidiar con sus presiones y ansiedades.

En una temporada que les aseguro, terminará siendo un enorme fracaso, en la cual demostraron que son tibios y que ser un representante de Los Ángeles, una vez más, les ha quedado demasiado grande en lo que será su segundo fracaso en esta ciudad previo su mudanza a Inglewood.

Esto tras ser uno, sino es que el gran perdedor de ese período de traspasos. En el cual, creyeron que con comer ansias y jalar el gatillo de forma anticipada, les iría mejor…

¿NOVATOS? ¡POR LEJOS!

Vea, ¿es bueno Jalen Ramsey? Sí. Es uno de los mejores jugadores en su puesto dentro de la NFL y tiene solo 25 años.

Los Ángeles se inclinó por traerlo al Sur Centro de la ciudad a toda costa, luego de perder tres partidos consecutivos a principios de la temporada. Sin embargo, hay mucha tela que cortar en este asunto, en el cual, insisto, comieron ansias y cometieron un grave error en plena desesperación.

Los Rams se deshicieron de dos selecciones de primera ronda y un buen monto de plata por Ramsey, sin que él se comprometiera a cambio, a un acuerdo a largo plazo.

De por sí, el equipo ya está pagando caro las extensiones de Jared Goff (un mariscal robótico y que no vale lo que le pagan), Todd Gurley (mallugado y con artritis), Brandin Cooks y Aaron Donald, que no salieron nada baratos, por lo que, la pregunta del millón es y seguirá siendo, ¿cómo pueden lograr quedarse con Ramsey a largo plazo mientras mantienen la profundidad que se necesitará en un NFC West ultra competitivo?

Créanme cuando les digo que, ni sus fans, plantel, y su gerencia, tienen la menor idea.

Por si eso fuera poco, su ‘dirigencia’ regaló tres elecciones de primera ronda y una de cuarta ronda —entre tantos otros disparates, a cambio de jugadores de medio pelo como Kenny Young y Austin Corbett, tras tener que pedir ayuda a Dolphins con el fin de que estos se hicieran cargo del contrato de Aqib Talib, y encima, tener que mover a Marcus Peters para hacer espacio para Ramsey.

Un precio enorme que pagar. Uno que, les aseguro, les afectará y mucho en el ‘stretch’ y los condenará en ausentarse del ‘Big game’ por otro largo lapso, convirtiendo su breve estadía en L.A. —al igual que la de los Chargers— en una burla total a una urbe que merecía más de un par de equipos que lejos de dar alegrías, les dio más sonrojos de los que estaban presupuestados.

Sí, aun cuando siempre contaron con todas las de ganar.

Los dejo. Hasta la próxima

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