Neymar se mentaliza en que sale —sí o sí de París — por las buenas o por las malas, eventualmente, rumbo a la ciudad Condal para reunirse con Messi, ‘Lucho’ Suárez y la ‘tropa culé’. Real Madrid hace último esfuerzo y apuesta por su propio francés

Por René Romano @reneromanosport @IAmRomano10

LOS ÁNGELES, EE.UU.— La vida está llena de despedidas. ¿Y sabe por qué?

Porque la gente se mueve, las relaciones terminan, cambiamos de puesto de trabajo, nos marchamos a vivir a otro lugar y, finalmente, dejamos este mundo. No es de extrañar, entonces, que la gente busque la forma de decir adiós lo largo de los años.

Esto es algo que he comprobado personalmente, — como todo ser humano en su etapa de madurez— y que, deben acatar —los atletas a cierto punto en sus carreras—previo a cada determinante decisión que a la postre definirá y dictaminará como les irá en su futuro.

 

Les diré por qué. Sin rodeos y al grano. Al estilo Romano.

Porqué para deber aprender, a veces es necesario e imperativo sufrir dolor y en algunos casos, saborear la amargura de la decepción. Algo que parece ser un ‘trend’ y muy mala costumbre en la vida futbolística de varios cracks en la actualidad.
Sí, como la amargura que embarga la vida de aquellos de la talla de James Rodríguez y Gareth Bale, que hoy en día sufren dentro la jaula de oro del Madrid y otros como Paul Pogba y Neymar Jr., que buscan salir de la — mala decisión —que los ató, estancó y nunca los premió o convalidó.

Vea, mientras de lo James y Bale son —casi— casos perdidos, lo de Neymar y Pogba aún se puede rescatar, luego de sendos errores cometidos, al mudarse a sus actuales equipos, luego de triunfar en escena grande, y en otra realidad.

VIEJAS GLORIAS

Sí, pues mientras Neymar lo ganó casi todo a escala club con el FC Barcelona, por lo menos la parte disputada en Europa, y aquella vivida dentro del Mundial de Clubes, Pogba también se arrepiente amargamente de haber llegado al Manchester United inglés, donde no ha podido duplicar lo antes hecho con luciendo la cresta y defendiendo los colores de la ‘Vecchia Signora’ y evidentemente, lo logrado con su selección tras ser coronado como campeón del Mundo en Rusia 2018.

Todo esto, mientras Neymar Jr. levantaba tres campeonatos paulistas, una Copa 'Do Brasil', una Libertadores y un Recopa Sudamericana con el Santos, para luego mudarse Barcelona para saborear otro nivel de vida, en un escalafón aparte, que le dio, dos Ligas, tres Copas del Rey, una Supercopa de España, una Liga de Campeones de Europa y una Copa del Mundo a escala club.

Caso contrario al saldo que le dejó su aventura parisina con el PSG, donde bajó de nivel y estatus futbolístico, conformándose con ganar dos Ligas locales (fáciles), dos campeonatos de Copa (casi regalados) y un Trofeo insignificantico para muchos, como lo es el 'Trophée de Champions', que el PSG le ganó al AS Mónaco en una especie de partido de campeón de campeones ante el ‘monarca copero’.

NO SE QUEDA ATRÁS

Eso dicho y, por si fuera poco, las cuatro ligas italianas de Pogba con la Juventus, sus dobletes en Supercopa de Italia y la mismísima ‘Coppa Italia’ en sí, superan dos poco brillantes cetros con el Manchester United, donde Paul ligó un Torneo de Copa y uno en la Europa League que es para la Champions League, lo que la Copa Sudamericana es para la Copa Libertadores de América.

Adicionalmente, no se le puede señalar por querer o pedir más, pues tras ganarlo todo con selección (Sub 20 en 2016-2017 y escala mayor en 2018) la realidad es que tanto Pogba, como Neymar, en efecto, merecen más.

Conteo de cetros y merecimientos que me lleva al cierre de esta columna, cuyo punto final e intención es ese mismo merecimiento de ambos en querer, ansiar y soñar con mas, pues tras lo vivido en tierras brasileras, culés y transalpinas, las experiencias en París y Manchester, no solamente se han quedado cortas, sino, además, han llegado perfumadas de fracasos europeos (Champions League y Copa del Mundo de Clubes) y con un bajón notable de estatus social y futbolístico.

De momento se dice que uno está tazado en 180 millones, mientras el otro en 140. Precios que bien podrían subir, bajar o variar y que no necesariamente hablan del valor real de su nivel, pero que sí —en efecto— los pueden devolver a su ‘ansiada realidad, nivel y estatus socio-futbolístico.’

Nunca olvide que, la dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos.

¿Última despedida? ¡Sale tren de París Gare Lyon, a Barcelona, con parada final en Madrid Atocha!

Los dejo. Hasta la próxima.

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